domingo, 5 de junio de 2011


Me gustaba lo que provocabas en mí; también hay veces ahora, cuando el dolor deja un respiro al corazón, que me gusta pensar que yo he podido provocar eso mismo en ti.
Pongo carteles de “Se busca”; mientras reviso en los cubos de basura; miro en el mercado, a ver si has subastado nuestros besos tan improvisados; en los labios de esas chicas; en el fondo de una mirada que me explique qué pasó, qué decidiste hacer con esos restos que aún quedaban de nuestro amor. Cualquiera que me escuche, atento: Lo ando buscando por la calle, me asomo a la puerta de todos los bares. Si lo encuentras, dile que lo ando buscando, lanza un destello allá donde esté si lo ves.
Ahora me doy cuenta tarde que mi esperanza se terminó.
Es increíble que entre todos los caminos que se abrían ante mí fuera a elegir justo el único camino equivocado, el único camino sin salida que me haría retroceder dos pasos.
En estos momentos parece que a uno le gusta lo imposible, que preferimos aquello que parece más difícil. Que nos atraen los retos.
Comienzan mis dudas, se esfuman los sentimientos, todo parece de un color algo más triste.
Para ti sólo fui un capricho insignificante. Mi corazón se funde, mis manos se hielan. Fue bonito mientras duró, pero la que sufre después soy yo.
Que sí, que la vida no se acaba por mucho que me duela esto; que aún respiro.
Que la vida me pega puñetazos; y yo me caeré, pero lograré levantarme.
Que me ha pasado esto incontables veces y que nada me impide intentarlo de nuevo.
Que no era la persona perfecta, ni el momento oportuno, que ni siquiera estaba buscando algo así de complicado; aunque estaba dispuesta a hacer lo que fuera para que todo fuera bien…
Pero cuando te pasas tanto tiempo buscando algo como esto, y poco después de que aparezca, se va… Parece casi hasta injusto, un insulto de la vida que te lo quita de las manos, tan cerca ya de saborearlo, de tenerlo. Como un caramelo que se le quita a un niño. Parece algo que roza lo inhumano. ¿Quién controla todo esto? Le recetaría revisarse el corazón, porque parece que se le haya vuelto de hielo.
Algo tan sencillo pero tan imposible. Algo que estaba al alcance, que se complicó, y que ahora está a tantos kilómetros de distancia que ya apenas distingo la silueta de lo que fue por mucho que fuerce la vista.
Me di cuenta tarde que te perdí por pensar que te tenía.
Eh tu, si, tú, ese que se hace llamar Destino. Si lees esto que sepas que no podrás conmigo, soportaré esto y mucho más. Seguiré buscando. Da igual todas las piedras que me pongas en el camino, me da igual lo grandes que sean, el color, la forma y el porqué estén ahí, a modo de obstáculo. Ninguna de ellas logrará que deje de intentar ser feliz, que deje de luchar por todo eso que vale la pena. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de alcanzar todo aquello que busco, no dudes que iré a por ello.
Considéralo un desafío.

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